viernes, 2 de marzo de 2012

¿Qué me pongo para ir a la montaña?


Los alemanes dicen que no hay mal tiempo, sino ropa inadecuada, así que me pareció interesante compartir con todos mis amigos del blog este artículo que encontré en una revista digital especializada en Outdoor o deportes de montaña, "aderezado" con algunas aportaciones personales que creo completan los consejos del artículo.

La práctica de deportes Outdoor requiere el uso de un buen equipamiento para mantener un mínimo de seguridad y comodidad. Según qué actividad, la ropa no será la misma, pero sí que es fundamental [...] no olvidar que en la montaña el tiempo puede cambiar rápidamente y hay que ir bien equipado.

Escoger la mejor vestimenta para la práctica deportiva al aire libre es fundamental y el concepto universal de las tres capas es nuestro mejor aliado. [...] Cada capa tiene una función determinada y debemos conocer cuándo hay que usar una, dos o las tres a la vez para conseguir la máxima eficacia y confort.

Capa 1: También llamada capa base. Proporciona confort y nos mantiene la piel seca. Es la que está en contacto con nuestra piel. Su principal finalidad es ayudar al cuerpo a evaporar el sudor de nuestro cuerpo y mantenernos secos y a una temperatura confortable. La prioridad es que se trate de una prenda muy transpirable, que absorba el sudor de nuestro cuerpo y lo seque rápidamente para no tener sensación de humedad. También es importante que sea cómoda y que garantice una buena libertad de movimientos. Este tipo de prendas son de vital importancia tanto en invierno como, sobre todo, en verano, pues en muchas actividades, sobre todo en un entorno como el que disfrutamos en España, será la única capa que llevaremos.

NOTA: Yo también añadiría que es muy importante asegurarse que no tenga elementos que nos puedan hacer roces, como etiquetas incómodas o costuras interiores duras, etc. Sobre todo para activiades que se prolonguen en el tiempo. Yo recomiendo el algodón para esta primera capa (de mayor o menor grosor según la actividad y el momento del año).

Capa 2: También llamada capa intermedia. Mantiene nuestro cuerpo a su temperatura óptima gracias a su capacidad aislante. Es fundamental en climas fríos. Su función principal no es la de calentar, como muchos piensan, sino la de retener el calor generado por el cuerpo e impedir su enfriamiento, favoreciendo, al mismo tiempo, la evacuación de la humedad. Es importante que estas prendas se ajusten bien al cuerpo y que cierren bien en el cuello, los puños y la cintura para evitar que el aire pueda penetrar en su interior. Pero, la capa intermedia debe ser más holgada que la capa interna, para realizar su función aislante y de circulación del aire entre las capas. Una distancia demasiado grande entre las capas puede reducir la transferencia de humedad. Como la primera capa, esta segunda capa tiene que tener una buena capacidad de transpiración para que el sudor salga al exterior. Sea cual sea nuestra elección (siempre en función del uso) debemos elegir una segunda capa que garantice un gran poder de retención del calor, una buena capacidad para evacuar el vapor de agua, que sean ligeras y que repelan la humedad.

NOTA: Aquí la mayoría de los especialistas recomiendan los forros polares, sobre todo porque son muy ligeros y retienen gran parte del calor generado. Además los fabricantes cada vez los hacen más impermeables y transpirables. Sin embargo, yo, que he vivido en climas extremadamente fríos, me gustan más las prendas de lana. Tienen el inconveniente de que pesan más, pero la ventaja de que la lana tiene capacidad de generar algo de calor (o eso tengo entendido). Además, si el dinero no es un problema, se pueden encontrar incluso prendas de lana tratadas para repeler el agua. Todo va a depender, una vez más, del tipo de actividad que realicemos y el clima que nos encontremos.

Capa 3: También llamada capa exterior ya que trabaja protegiendo la capa 1 y 2. Nos protege del viento y el agua. Lo ideal es que también expulse la humedad, por lo que debe tener propiedades transpirables pero siempre de dentro hacia fuera. Si el nivel de sudación es muy alto y las condiciones climáticas nos lo permiten, se recomienda no usar esta capa exterior. No es una capa aislante, pero su impermeabilidad y su diseño sí que ayudan a impedir la pérdida de calor, y de la correcta elección de esta tercera capa dependerá gran parte de nuestra seguridad, sobre todo en climas fríos y con viento y agua. Tanto la elección del tejido como de las membranas es importante: del tejido dependen aspectos tan importantes como la resistencia a la abrasión, la durabilidad, el peso o el volumen de la prenda; la membrana debe garantizar la impermeabilidad al viento y al agua y, sobre todo, la permeabilidad al vapor de agua para favorecer la transpiración. Es importante tener claro que no todas las membranas son iguales ni ofrecen el mismo nivel de protección y transpirabilidad. Es importante comprar prendas que se ajusten al uso que vamos a darle, y en este sentido, aunque actualmente parece haber una obsesión por tener la mejor membrana, es importante informarse un poco del grado de protección mínimo que necesitamos. Elijamos el laminado que elijamos, es importante que esta tercera capa sea ligera (es un error pensar que cuanto más gruesa, más protege), resistente, funcional y que nos garantice una buena libertad de movimientos. Es muy importante también, que no deje pasar el aire hacia el interior, de manera que es aconsejable optar por prendas con cremalleras impermeables y que puedan ajustarse bien al cuerpo en zonas críticas como el cuello, los puños, la cintura o los tobillos. Asimismo, es preferible que haya bocas de ventilación (generalmente en las axilas y los laterales de chaquetas y pantalones) para que podamos regenerar el aire.

NOTA: Sobre esta tercera capa no puedo aportar mucho porque yo siempre he preferido el típico "plumas" (que para mí sigue siendo insustituible para el frío intenso), pero entiendo que hoy en día hay chaquetas técnicas mucho más apropiadas para la gran mayoría de actividades que un plumas, ya que estos son muy voluminosos y poco "cómodos". Lo que sí puedo aportar es que, si no somos capaces de identificar una cremallera impermeable de otra que no lo es (como es mi caso), yo recomiendo asegurarse que la chaqueta tenga, al menos, una "lengüeta" que cubra la cremallera y que se pueda cerrar por encima de esta con velcro, por ejemplo. ¡Ah! y muy importante NO suplir esta tercera capa con un simple chubasquero.

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