lunes, 19 de agosto de 2013

Tipos de alimentos y la energía que nos aportan



Sigo con otro post dedicado a conceptos fisiológicos básicos. Uno de los factores que intervienen en la cantidad de energía que obtenemos es el tipo de alimento que ingerimos. Hoy voy a profundizar un poco más en cuáles son los alimentos que nos proporcionan más energía y cuáles son sus diferencias.





Pero antes…
 

Antes me gustaría recordar que los alimentos tienen que descomponerse en sustancias más pequeñas para que puedan ser absorbidos por el organismo. Esto no es más que “hacer la digestión”. ¿Por qué es importante recordar esto? Pues porque una de esas sustancias en las que se descomponen los alimentos se llama Glucosa, y la Glucosa es precisamente la que en realidad se combina con el oxígeno para proporcionarnos la energía. La Glucosa no es más que una forma de azúcar. Profundizar más en esto sería desviarme demasiado del tema central, así que ahí lo dejo.


¿Qué diferencias energéticas hay entre los Hidratos de Carbono y las Grasas?
  
La energía la sacamos principalmente de dos tipos de alimentos, los hidratos de carbono y las grasas:
 
Los Hidratos de Carbono: También se denominan Glúcidos o Carbohidratos, tienen varias funciones, pero a mí la que ahora me interesa es que son la principal fuente de energía inmediata o de liberación “inmediata”, esto quiere decir que es el tipo de alimento que contiene las sustancias que necesitamos cuando comenzamos a hacer un ejercicio por ejemplo. No voy a profundizar demasiado en los tipos de Carbohidratos que existen pero sí diré que la principal sustancia en la que se descomponen es la Glucosa.
  
El problema es que nuestro cuerpo no almacena gran cantidad de estas sustancias, y nuestra principal forma de almacenar la energía es en forma de lípidos (o grasas). Por tanto cuando ingerimos Hidratos de Carbono y no los usamos, el organismo los convierte en lípidos.
 
Las grasas: También tienen varias funciones, entre las más importantes está la de que son un componente esencial para la formación tanto de tejido como de las propias células. Sin embargo, la que más nos interesa para este post es que sirven para obtener energía a largo plazo. Como ya dije antes, es la principal forma que tiene nuestro cuerpo de almacenar la energía. También existen varios tipos de lípidos y tampoco voy a profundizar mucho en todos ellos, pero sí en los que pueden ser importantes de cara a las dietas. Por eso diré que existen dos tipos de lípidos según el ácido graso que contengan. El ácido graso no es otra cosa que la forma más básica de los lípidos, es decir, que al juntarse varios ácidos grasos se forma el lípido: 

  • Ácidos grasos saturados: Estos son la comúnmente llamada “grasa mala” y como característica más llamativa y por la que vamos a poder distinguirlos de los ácidos grasos insaturados de forma más rápida, es que se solidifican a temperatura ambiente. Desafortunadamente estos son los que se nos acumulan en las “cartucheras”.
  • Ácidos grasos insaturados: También se llaman ácidos grasos esenciales y son los que conocemos como la “grasa buena” porque disminuye el colesterol en sangre y nuestro cuerpo los necesita para desarrollar muchas de las funciones. Al contrario que los ácidos grasos saturados, no podemos sintetizarlos nosotros mismos, así que es fundamental que siempre estén incorporados en nuestra dieta. El ácido graso insaturado más conocido es el aceite de oliva.
 

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